martes, 11 de noviembre de 2008

El rizo

Todos teníamos alguna peculiaridad, pero uno de nosotros tenía una característica muy marcada, un rizo. Mi buen amigo en aquellos tiempos, Jesús Vega Fandiño, con el que pasé horas y horas hablando, tenía un rizo en el pelo al que daba vueltas y vueltas enroscándose en su dedo. Creo que nunca se nos olvidará la imagen de Jesus, codos apoyados en el pupitre y aquel tirabuzon que nunca dejaba de enroscarse. Tanto era así que aquel pelo nunca perdía la forma. Era toda una seña de identidad.

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